18 de junio de 2010

El Aleph, de Jorge Luis Borges

Título: El Aleph
Autor: Jorge Luis Borges
Editorial: Alianza Editorial
Año de publicación original: 1949
ISBN: 978-84-206-3311-4

Pues las casualidades de la vida han hecho de que éste sea el libro que estaba releyendo en el preciso momento en que (por fin) nos decidimos con el título del blog. Como le ocurría a mi admirado Asimov, parece que somos incapaces de escribir nada sin tener un título en primer lugar, que encabece la página y dé pie a seguir poniendo letras y más letras en su interior.

No se si esto le sucedía a Jorge Luis Borges, muy reverenciado autor del libro que traigo a colación. El Aleph es un conjunto de relatos cortos y el que le da título está considerado como el mejor de su producción literaria. Borges, increíble narrador de mundos yuxtapuestos y de realidades alternativas, desarrolla en los relatos que componen el volumen una amplia colección de fotografías de un mundo de poetas, asesinos incluidos, que nos traslada mediante su rica prosa y salpicándola de un gran número de citas y referencias eruditas.

Una mente más susceptible que la mía podría decir que es demasiada erudición, que llega un momento en que aburre el continuo paso de citas de autores de todos los campos en los que escribir es necesario para dar a conocer tus ideas; que una y otra vez introduce en el texto el nombre y la obra de los grandes clásicos de la literatura y de las ciencias, con preferencia de los anglosajones (Hume, Wells, Bacon, Pope) y que quizás está continua acumulación de grandes autores esconda el profundo sentimiento de inferioridad que todos llevamos dentro.

La que a mi más me gusta es Los teólogos, que es también donde más se nota la proliferación de citas, forzada por la misma trama del relato. El protagonista muestra rasgos de carácter que podrían ser premonitorios de la enfermedad del autor, «Como todo poseedor de una biblioteca, Aureliano se sabía culpable de no conocerla hasta el fin», o tal vez un anuncio consciente de la enfermedad degenerativa que le llevaría a la ceguera a la vez que se le nombraba director de la Biblioteca Nacional.

No creo necesario recomendar a nadie su lectura, es un clásico entre los clásicos de la literatura contemporánea y su autor uno de los más afamados y reconocidos del universo de los juntadores de letras compulsivos. Así que entren en el mundo de fantasía de Jorge Luis Borges.

3 comentarios:

  1. ¡Qué buena pinta tiene tu nuevo blog, monstruo!

    Un abrazo.

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  2. Gracias, campeador, pero el mérito de la pinta es de Lucien. Y a ver si te prodigas más, que me tienes enganchado.

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  3. Hasta que acabe el curso lo veo mal. La burocracia me ahoga. Pero se hará lo que se pueda.

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