26 de agosto de 2010

The trusted servant, de Alison Macleod

Título: The trusted servant
Autor: Alison Macleod.
Editorial: Coronet
Año: 1968.
ISBN: 0340158859.

Comento hoy un libro que ni está editado en español ni se puede conseguir fácilmente, pero que he disfrutado leyendo. Alguno de mis amigos sabe que ciertos periodos históricos  me obsesionan de vez en cuando y me leo todo lo que encuentro sobre ellos. Uno de esos periodos, quizás el segundo en volúmenes en la biblioteca, es el reinado de los Tudor en Inglaterra. Me refiero a los Tudor de verdad, es decir, a un Enrique VII manipulador y asesino, un Enrique VIII gordo y medio loco, un débil Eduardo VI, una María I acomplejada y una Isabel I escurridiza y virgen. Es decir, no los que salen en cierta serie de televisión a ritmo de videoclip. Sobra decir que, puesto que me he informado mucho sobre la época, cualquier incoherencia que descubra me hace, instintivamente, apartarme del libro o de la tele que la cometa.

Pues bien, The trusted servant es una novela histórica escrita en los años 60 que narra la vida de un personaje ficticio que, por avatares de la existencia, se cruza más o menos con todos los protagonistas del período Tudor desde Enrique VIII hasta casi el final del reinado de Maria I. Y lo hace con un estilo cuidado, un lenguaje claro y, sobre todo, sin los clásicos anacronismos e incoherencias de, desgraciadamente, no pocas novelas históricas.

El argumento se centra en Thomas Vaughan, medio inglés y medio español por ser hijo de una de las damas de compañía de Catalina de Aragón, que irónicamente es uno de los protegidos de Thomas Cromwell y, por lo tanto, de Enrique VIII durante el abultado periodo de favor del casi valido. Si alguien sabe quién fue Cromwell, entenderá que con protegido se quiere decir agente más o menos discreto. El ritmo de aventura de la novela, de hecho, se basa en las misiones que el sagaz político encarga al protagonista. Misiones que empiezan con ganarse la confianza de Catalina haciéndose pasar por católico y devoto de la causa española para así espiar su correspondencia y visitas (sobre todo las del embajador imperial Chapuis) y terminan por el intento de asesinado al cardenal Reginald Pole. Entre medias, lo que cabe esperar, bien narrado: actas de supremacía, supresión de los monasterios, peregrinación de gracia, exceso de población en la Torre de Londres, incluyendo Bolenas... Pero Thomas no es como los Alcántara de Cuéntame, que siendo una familia de barrio está "en todas las salsas", sino un espectador, a veces un actor, de un época fascinante.

Ciertas novelas históricas intentan sumergir al lector en el tiempo mediante largas descripciones, cronologías, hasta biografías encubiertas. No es este el caso, aunque algunos de los hechos históricos que se narran queden por eso algo deslabazados. En honor también de la verdad, los personajes no son monolíticos. Cromwell era un desalmado, pero tiene no pocos gestos de humanidad con los suyos. Pole era un tanto meapilas, pero también un político, si bien poco habilidoso, al que se le pasaban todas las compasiones cuando se encontraba con un hereje cara a cara. Por cierto, no muy diferente del retrato que ofrece la serie de televisión sobre mi admirado Tomás Moro.

En resumen, un libro recomendable que está completamente olvidado y un relato de aventuras que te deja con la duda de si podían haberse hecho peor las cosas históricamente. ¿Que cómo llegué a él? Por un artículo de Wikipedia que lo nombraba y, después, por eBay. Edición que ha pasado por muchos bolsillos, pero a precio irrisorio, aún con los gastos de envío.

2 comentarios:

  1. Los Tudor, que buena marca de baterías XD Que cosas se encuentran en la wiki, aunque sin necesidad de ella, ahora me estoy leyendo El bosque animado, del señor Wescenlao, que es casi delito para un coruñés no leerla.

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